TE DOY MI PALABRA

sábado, 6 de abril de 2013

DESNIVEL

      El viejo pueblerino Anicasio, de oficio albañil, decía orgulloso que nada sin nivel podía construirse para permanecer en el tiempo, y dar seguridad a quienes lo requerían y más aún, bienestar a quienes sorteando dificultades se comprometían a hacer realidad la obra. Hoy recuerdo tristemente esa sabia advertencia de este hombre, al oir y ver como el candidato por la oposición Enrique Capriles, al ser invitado por una parte de los cultores del arte venezolano, para mostrarle su apoyo y solidaridad en la construcción de una Venezuela multicolor, de entreverados caminos y cargada de soluciones a las múltiples necesidades de todos los ciudadanos sin distingo, de este maravilloso país; olvidara llevar el nivel del discurso a la gran cita. Las columnas se construían con el fierro, y el concreto que sólo la musa que habita el alma de estos albañiles de la cultura puede crear; así lo hicieron todos, con el pecado original del olvido que aún vive en esta mente; se dirá que Laureano Márquez junto a Emilio Lovera trabajaron, lo que sólo ellos saben transmitir, la realidad hecha con pedazos de chocolate regio cubierto de magia; podía elevar con endorfina para entender el presente, mas no aceptarlo, de esta Venezuela, dirigida más por bufones que por líderes políticos, de semejante manera lo hicieron Teo Galíndez y la señora Olivo, quienes y en particular la fémina dio muestras de lo que es ser llanero, en donde la lanza de hoy es el verbo en melodía; hablando de canciones Yordano describió con POR ESTAS CALLES, la Venezuela que se ha enquistado en cada rincón en los últimos once años. Y que decir de Leonardo Padrón, quien gallardamente parió un discurso cargado de denuncia, pero a su vez de fe y esperanza hacia la patria que queremos. En medio de estos pilares, de estos Goliat del arte se presentó Capriles, que sin el nivel del viejo Anicasio, quiso hacer una antología de las novelas, y prometiendo entregar un espacio para garantizar su continuidad; mas se olvidó que quienes estaban ahí, y de quienes desde la magia de la cara de vidrio, esperaban un discurso del nivel de los presentes, que dibujara un plan de gobierno, estrategias y actividades que comprometiera a todo con el triunfo del 14 de abril de 2013, el comportamiento del candidato fue habitual, sin menospreciar otros escenarios no estuvo a la altura del compromiso, perdiendo una gran oportunidad. Pues se conformó con la lisonja hacia los presentes, cuando en realidad ya estaban ganados, sólo debía cosolidar el compromiso para sumar a otros. De continuar así, sin nivel para los embates de la política, no se cumplirá tanto la sentencia de Yordano, Cesar Miguel Rondón y de todos los venezolanos. Y seguiremos por estas calles.

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