TE DOY MI PALABRA

domingo, 31 de marzo de 2013

LA APUESTA

          Se inicia la cuenta regresiva hacia la realización de unas elecciones presidenciales, en las que para algunos no es más que una mera forma administrativa, cuyo objeto es  legitimar lo que se gestó sin partida de nacimiento, en donde no se utilizó ni siquiera el método de probeta. Pues el padre lo demandó por poder como en antaño; aún así, otros consideran que podría darse un salto atrás y el nuevo lustro sería para usufructo de sus petulantes intereses; mas no de quienes desde el desierto de la nada aspiran una mejor vida, al menos en las necesidades básicas. Es así como se llegará al 14 de abril, en donde las elecciones presidenciales están cargadas de un sentimiento hacia un mítico líder, que fue ocultado hasta en su último aliento de esas manos y esas voces que desfilaron por Caracas desde el 5 y hasta por más de siete días de aquel lúgubre marzo, tan sólo para serciorarse de la verdad. DEL FALLECIMIENTO DE SU LÍDER. Y es que costaba creer que un hombre, con un ego tan cercano al mismo dios, se apagara en segundos, su verbo se mermara ante la verborrea de quienes asumían el control. Sin embargo, se oían lamentos de no poder ser testigos fieles. Luego de ese fatídico marzo se dio la orden casi emuladora del jerarca, del llamado a elecciones, y hoy, a escasos días del desenlace; entre quien heredó la tarea y el escogido por una maquinaria nada representativa de quienes claman en el desierto de hambre, inseguridad, y el mínimo respeto a la dignidad, se refrendará el futuro conocido por ambos bandos; pero al final de cuentas el método no es lo importante, sino los beneficios de la participación. Ah! y el resultado ya conocido no es trascendente, pues al siguiente día se continuará el teatro, así es la política y quienes claman en el desierto entenderán, eso creo, que se hizo lo que se pudo, pero perdimos la apuesta.
 

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