Como dijera el cantor del pueblo "...que tu voz sea un disparo.." y es que con esa presencia para rendir tributo a su líder, sus adeptos o los exluidos, dejaron en claro que la revolución encarnada en Chávez tenía doliente, por otra parte que la mediática sentencia de los pseudolíderes opositores, que los seguidores chavistas eran fantasmas fabricados por la bonanza económica y la bondad de las misiones. Con la partida de Chávez veremos transitar los verdaderos frutos de su incansable verbo; y la esencia revolucionaria de sus camaradas. Ajenos ya a las reprimendas nada solapadas del líder, que cuestionaba la instrumentación cotidiana de sus políticas. Ese "por ahora" le ha llegado su tiempo para consumarse en las lecciones y traducir la "dialética" o más bien retórica del maestro, en parir hechos políticos (praxis) que sustenten al chavismo sin su presencia física. Todo esto es necesario para recompensar a esos miles, millones de seguidores que desde los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía se hicieron uno como paloma herida para decirle no un adios a Chávez, sino para corear una vez más al cantor falconiano "los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos"
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