TE DOY MI PALABRA

domingo, 10 de marzo de 2013

SIN RECULAR

        Busco más allá del entendimiento, una razón, una palabra que sin quejo ni nostalgia me deje ver de que están hechas las masas; porque seguro ya estoy, que en su esencia no se anida una pizca de solidaridad, de lógica, de manifiesto consecuente con el prójimo ni con la realidad misma; a mi entender vive en un matrimonio forzado, más cercano al divorcio que a la costumbre. Y es que en las últimas horas he visto desfilar hombres y mujeres, niños y ancianos, arrastrados todos por la corriente que genera una maquinaria omniciente, pero segura de llevarse consigo todo a su paso. La muerte del líder venezolano, para algunos de latinoamérica y para los más osados del mundo, Hugo Rafael Chávez Frías, presidente electo en los últimos comicios celebrados en este país de no más de treinta millones de habitantes y con un grueso de electores no superior a los 16 millones. Un presidente que no llegó a ser juramentado, pero seguía ejerciendo funciones como jefe de Estado y màs aun en su última voluntad designó a su sucesor el Vicepresidente Nicolás Maduro. El pueblo esperanzado en sus promesas polìticas para algunos cumplidas, para otros aun las esperan, pues eso son, esperanzas. Hoy Venezuela, país rico por exportar petróleo, por algo ocupa el tercer lugar como país productor. Se debate entre un futuro cargado de incertidumbre por el virage que dará la política por los miembros de la cúpula gobernante; así como la capacidad de transformarse de los políticos de oposición, desgastados en hacer de Chávez un martir, no hablo de este tiempo, sino del de ayer, en el que le seguían tan sólo para decir NO HACE NADA, pero sin argumentar sólidamente sus críticas e ir comparando años 13 contra 40. Es ahora cuando veremos los cimientos del legado político de Chávez, veremos el verdadero materialismo histórico del chavismo, si es que podemos expresarlo de este modo. El tiempo dejará ver si los herederos de este incipiente pensamiento polìtico pueden navegar en la inclemencia de un mar de venezolanos que como olas haran alta la marea para conseguir solventar sus necesidades e intereses, pues el líder lejos de fomentar el trabajo fue paternalista, tanto o más que el paternalismo del que tanto se quejaba, dejado por la cuarta república. Chávez hizo un trabajo, nadie puede negarlo, tal vez ajeno a una adecuada instrumentación, ahí la falla. Ya la llamada oposición enfila un candidato para las elecciones presidenciales "ordenadas" por la presidente del organismo electoral, y tremulamente señalan al perdedor Capriles Radonski, para algunos, ya demostró estar lejos de merecer la silla de Miraflores, para otros le falta coraje para enfrentar las mareas que da el debate polìtico, por su parte el oficialismo ya tiene candidato Nicolás Maduro nacido y escogido de forma democrática, último legado del Comandante presidente  y camarada Chávez.

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