Gobernanza
Para iniciar mi
elucubración debo solicitar la indulgencia de los historiadores, ya que
pretendo invadir su parcela; no así, dedicaré mi ingenio para alcanzar el
cometido que me propongo. Ya que como un venezolano de a pie, me siento en la
obligación ineludible de denunciar la crisis descomunal que asume a nuestra
Venezuela. Tierra que pareciera que es su naturaleza acunar males en las mentes
de los hombres que escudándose en los principios de libertar, solidaridad y
bienestar social; vejan y ultrajan a todo aquel que piensa y asume una postura
diferente, pero dispuestos en cualquier escenario a sustantivar su disidencia.
Atajo la inquietud de no perderme, pero es menester estas líneas para llegar a
dilucidar la gobernanza en Venezuela. Y es que esta rica tierra, ya sentía la
afrenta por los años de 1758, sus surcos absorbieron la sangre y la piel
desgarrada de los cuerpos de los débiles esclavos, y no fue sino hasta el final
del período colonial cuando al ser tocada la clase pudiente con los Bolívar al
frente, que asumieron la lucha como suya, y no por libertad, sino por riquezas.
El mismo libertador se llenó de un ego que no era dominado ni por su consorte
quiteña Manuela Sáenz. La idea Centralista de Bolívar, no trajo más que
endeudamiento y más miseria para las tierras del sur, como ya lo reconociera el
prócer neogranadino Santander, su archirrival en término contemporáneo. Las
ansias de poder de Bolívar, no restos méritos ni estoy olvidando sus
habilidades militares. Lo que no le justifica el asesinato a Manuel Piar. Extrapolando
nuestro entendido de gobernanza podemos establecer que los acontecimientos de
la España monárquica no permitían el control de las colonias allende de sus
fronteras. Descontento aprovechado por la sociedad civil de la época para
pescar una guerra de independencia, que lejos de legarnos enseñanza cultural
nos dejó vicios para la construcción y sustentación de la o las futuras
repúblicas. Aún mantengo el timón de mi discurso.
Nuevo descontento y un vacío
en la conducción del país se ve cien años después en 1858 y es que Ezequiel
Zamora lidera la llamada guerra federal, y nuevamente con el populismo hecho
verbo ¡Tierras y hombres libres! Emprende una guerra de cinco años, bañando los
ojos de la patria que pretende salvar, sacar de la miseria y corregir los
errores cometidos por Páez en el repartimiento de las tierras, que sea dicho de
paso, no fue para los reales participantes en la lucha independentista. Igual
que la guerra de independencia obtuvimos la herencia el manual de cómo ser o
hacerse caudillo. Cien años después, pero con antecedentes en el año de 1928. A
principios de 1950 la gobernanza no es vista por un grupo de la sociedad del país
y deciden en 1958 marcar otro derrotero, con menos sangre pero luto al fin. El
llamado pacto de punto fijo encontró la panacea para hacer de Venezuela un país
próspero y lleno de bondades para las mayorías, siempre los de arriba piensan
en los de a pie, que paranoia. Algunos pensaban que la alternabilidad punto
fijista no era la fórmula y cuarenta años después.
En 1998 estos mismos
políticos que sienten la impotencia de catapultar el desarrollo del país y no
responder a los principios de gobernanza tal como lo define el diccionario de
la Real Academia Española "Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un
desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano
equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”
y vislumbran la tabla verde oliva de la salvación y dan al traste con la cuarta
república. Para algunos historiadores los venezolanos hemos forjado cinco
repúblicas; es aquí donde entra en acción la mayor ignominia para Venezuela y
los venezolanos.
Con la llegada del teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías,
si bien es cierto que inició un proceso de cambio en la forma de ver el
venezolano la patria (Adormecida en las mentes del pueblo por la desidia hacia
lo nacional de los líderes políticos de la moribunda IV república); no menos
cierto es que este personaje subliminalmente incorpora en la mentalidad de sus
seguidores, con una astucia maquiavélica, una marcada división social y un exacerbado
odio hacia todo lo material, bienes y riquezas. El junto a sus seguidores
dilapidan el erario nacional, sumergiendo al país en el mayor desastre de su
historia. A la muerte del militar presidente, sus seguidores se dedicaron a
incrementar el gasto público, desviando el destino de las finanzas asignadas a
las instituciones y organismos del Estado, trayendo consigo que estos
colapsarán o no respondieran a las exigencias del soberano como ahora le
llamaron al venezolano de a pie y por el cual construían la revolución del
siglo XXI. Sin embargo lo único que consiguieron fue enmudecer la gobernanza y
enajenarla de las instituciones creadas para satisfacer las necesidades del
pueblo y de la sociedad civil. La posición fascista de último líder, con
marcadas tendencias absolutistas, al someter los Poderes del Estado a una
subordinación personal llevó al venezolano de a pie a expresarse en los
comicios del 6 de diciembre de 2015 a arrebatarle constitucionalmente el Poder
Legislativo,
y este con su mayoría calificada de diputados, asumió la tarea
digna, necesaria y urgente de convocar a un referéndum revocatorio, figura
constitucional para que los venezolanos, sin más condiciones que su voluntad
democrática se manifestarán en contra del inquilino del Palacio Presidencial de
Miraflores que pretendió enquistarse como agua mala entre sus muros, sin
dedicar tiempo alguno para escuchar a la mayoría de los venezolanos. Es así
como de esta forma se acabó con la tiranía, despotismo, nepotismo y soberbia de un obrero
que jugó a ser presidente, y olvido que no es sólo llegar al gobierno, sino que
este brinde la mayor gobernanza posible.
Colofón: Asumo
los tiempos de mi discurso. Pues la esperanza de todos los de a pie es salir de
esta crisis y celebrar en diciembre de 2016 un nuevo cambio para Venezuela y
los venezolanos.
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