2D
No voy a discurrir sobre un
proceso electoral ordinario, tal como pareciera el título; sin embargo, sé que
ineludiblemente caeré en una elección y ésta sin equívocos será para defender
la postura que una gran mayoría de venezolanos claman, lo cual es el
revocatorio a la gestión presidencial del ciudadano Nicolás Maduro Moros. Y es
que 2D no es más que la dualidad que se presenta en la cotidianidad de
Venezuela como lo es el auge sin parangón de la Delincuencia y el menoscabo y deterioro institucional, columna que
sostiene una Democracia, como se
aprecia en las dos D, es decisión de
los venezolanos de a pie permitir que se continúe socavando el estado de
derecho refrendado por la constitución o permitir que la actitud delictiva se
transforme en un modo de ser de la cotidianidad del venezolano. Pretendo
defender el revocatorio desde la confrontación de estas dos aristas (hay más
afectando a Venezuela). Que de no asumirse con responsabilidad estaríamos
dándole libre paso a la anarquía. Esta más como ausencia de poder público que
como doctrina capaz de institucionalizarse.
Con esta negación a la
participación en los comicios legislativos los políticos, supuestos defensores
de la democracia, entregaron en bandeja de plata el poder que permitía a esta
legión, blindar legalmente su ejercicio del poder “en nombre del pueblo” Es así
como este blindaje transforma la institucionalidad en un cuarto oscuro, y todo
aquel que se atreviera a encender una luz era apátrida. En este punto, año 2016
muchos de ese cuarto oscuro fueron desterrados o echados y hoy pretenden
encender una luz en la claridad. Olvidándose que de algún espacio del poder
convalidaron; abusos de poder, tráfico de influencias, desviación de partidas
con cuantiosos recursos económicos, y lo más triste; eran conscientes del
trabajo comunicacional mediático que subliminalmente se encriptaba en la
psiquis del venezolano, vendiéndole un sueño que jamás tocaría su puerta. Más
aún le dieron luz verde al nepotismo, y grotesco despotismo. Hoy los
venezolanos estamos a merced de una delincuencia desbordada en todos los
ámbitos, porque dicho sea de paso, no estoy de acuerdo en etiquetar por grados
a la delincuencia. Delito es eso delito y por consiguiente su autor es un
delincuente. Es triste oír a voceros de la sociedad llamar a quien roba una
cartera a una viejecita delincuente, a quien roba un banco de la misma manera;
pero a quien roba el tesoro público que pertenece a la viejecita que ya perdió
su cartera y al banquero que fue saqueado; Delincuente de cuello blanco.
Pregunto ¿Cuál es la diferencia? A mi entender, ninguno es libre de pecado;
ambos deberían ser castigados con el mayor rigor de la ley; pero, ¿No será más
delincuente aquel político al que se le confió el destino de todo un pueblo? y
esa confianza la utiliza para entrar y salir con lo que no le pertenece.
Ante semejante coyuntura es
necesario que La institucionalidad sea devuelta a Venezuela, y esto sólo será
posible si se le da otra orientación a la conducción del país y un sentido
imparcial a las instituciones del Estado. En el que todos los venezolanos se
sientan representados e identificados. Por todo esto es necesario hacer uso del
mandato constitucional del Referéndum Revocatorio. Para todos la transparencia
es urgente y necesaria.
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